Balance económico-social
● El saneamiento económico: notable con matices
Es indudable que la situación financiera del club hace 5 años era muy compleja, con un elevado endeudamiento, ingresos comprometidos por el bajo rendimiento deportivo, necesidad de rehacer la plantilla... en fin, un club en quiebra económicamente hablando.
El caso es que actuando con rigor y favorecidos por la nueva coyuntura futbolística -cuyo mérito es de la propia directiva-, los responsables de este área han conseguido darle la vuelta a la situación, permitiendo además disponer de suficientes recursos para invertir año a año en fichajes -no solo en fútbol-, colocando al Barça entre los clubes punteros en volumen de ingresos y en una referencia en términos de notoriedad a nivel internacional -en este punto es muy reseñable la expansión internacional del club, pese a las denostadas giras estivales-.
En relación a este tema hay, no obstante, algunos matices que el socio no olvida y que también deben ser valorados por Laporta: al socio se le pidió hace 5 años un esfuerzo -en forma de notable incremento de los abonos- y éste respondió; posteriormente se le dijo que el club debía romper con el dogma de no llevar publicidad, y se le concedió permiso a la directiva -al tan alabado Dpto. Marketing- para la busqueda de un patrocinador de, al menos 15 millones de euros al año. Y la realidad es que mientras todos los equipos de 1ª línea europea han ido firmando suculentos contratos, el Barça ha deambulado, con frustrados acuerdos con betandwin y Beijing, para acabar suscribiendo una fórmula de publicidad a cambio de pagar... el Barça. Cuando a la gente se le toca el bolsillo, suele tenerlo en cuenta. Y el socio, cada vez más, tiene la sensación de que solo cuenta para pagar... y que la directiva prefiere que no vaya al campo, para así vender entradas vía Seient lliure. ¿O no?
La situación económica, con todo, pesa más bien poco en situaciones como la actual, cuando la crisis deportiva lo oscurece todo, por lo que el saldo positivo, casi brillante, en este punto, probablemente acabe valorándose poco.
- Conflictos legales: Laporta, el empecinado
La era Laporta se ha visto salpicada por el conflicto sobre la fecha de vencimiento de su primer mandato. Más allá del desgaste innecesario a que se ha visto sometida la imagen del club, cabe recordar algunos aspectos:– Los estatutos del club, reformados en época de Gaspart, fueron aplaudidos por todas las sensibilidades del barcelonismo.– La fecha de las elecciones fue establecida por la Junta Gestora, con la aprobación de todos los candidatos.– La misma noche en que Laporta fue proclamado President, muchos medios señalaron que su primer mandato solo duraría 3 años y unos pocos días.– El equipo de Laporta aprovechó los pocos días hasta el cierre del ejercicio (a 30 de junio) para aflorar las máximas pérdidas -con cargo a Gaspart/Reyna, pero bajo la responsabilidad legal ya de Laporta- e iniciar su primer ejercicio completo con las mínimas cargas contables. Ello solo era posible si el primer ejercicio (de 15 días) era responsabilidad suya. Y tan conscientes eran, que actuaron en consecuencia.
Todo lo anterior lleva a lo más grave de su mandato: la negación de los Estatutos y la voluntad de prolongar su mandato de forma ilegítima. Por más que se diga lo contrario, por voz propia o mediante portavoces, la lectura de los estatutos -y la del juez- es clara.
Y lo peor es que Laporta, en aquel momento en que se negó a convocar elecciones, las hubiera ganado de calle. Pero al negarse a hacerlo y provocar que el tema acabara en los tribunales -para acabar ganando de calle-, generó “emprenyament” en mucha gente... y ese cabreo, menor en época de bonanza deportiva, ha acabado siendo como una batería que se ha ido cargando y cargando...
Todo lo anterior lleva a lo más grave de su mandato: la negación de los Estatutos y la voluntad de prolongar su mandato de forma ilegítima. Por más que se diga lo contrario, por voz propia o mediante portavoces, la lectura de los estatutos -y la del juez- es clara.
Y lo peor es que Laporta, en aquel momento en que se negó a convocar elecciones, las hubiera ganado de calle. Pero al negarse a hacerlo y provocar que el tema acabara en los tribunales -para acabar ganando de calle-, generó “emprenyament” en mucha gente... y ese cabreo, menor en época de bonanza deportiva, ha acabado siendo como una batería que se ha ido cargando y cargando...
● Lucha contra los radicales: un éxito sin discusión
El destierro de “boixos” y el veto a cualquier atisbo de violencia, así como el alineamiento con causas cívicas -antiapartheid, Unicef, etc- deben atribuirse plenamente a Laporta y su equipo directivo, sin discusión. Nadie puede dudar de su determinación, aun más si cabe habiendo sido objeto directo de amenazas e intentos de agresión. Un gran activo que, en épocas de crisis deportiva, luce, lamentablemente, bien poco.
● Cruyff: más una carga que un apoyo
Un símbolo de resistencia contra el nuñismo, se ha vuelto en contra de Laporta, al haberse visualizado un entreguismo excesivo, nacido de la amistad y la admiración -algo no criticable-, hasta el punto de percibirse a Johan como el factotum de la politica deportiva, con Txiki deviniendo una mera marioneta.
Johan, a través de su altavoz en forma de comentario periodístico en La Vanguardia -antes- y El Periódico -ahora-, ha ido definiendo estados de opinión a modo de oráculo, que tarde o temprano se han plasmado en decisiones más o menos evidentes de Laporta (por ejemplo, la crítica continua a Ronaldinho, incluso en su época excelsa, el veto continuo a Mourinho, su visto bueno a Guardiola...). Y todo ello sin asumir ninguna responsabilidad por parte de Cruyff, siempre en posesión de la verdad, sin atisbo alguno de autocrítica...Y lo cierto es que para muchos socios que en su día tomaron parte por Cruyff en su pulso contra Nuñez, la figura de Johan se ha ido difuminando, hasta el punto que acaba cansando su aparición, especialmente cuando todo el mundo sospecha que se trata de un personaje que, por encima de todo, se ama a si mismo -antes que al club- y que, por tanto, es cuestionable la tendencia de Laporta a someter cualquier decisión a su consideración -con independencia que al final se la haga caso, faltaría más-.
● Las secciones
El desinterés evidente de Laporta por cualquier deporte que no sea el fútbol y su poca atención personal -algo sorprendente en alguien con un exacerbado afán de protagonismo- a las secciones han acabado provocando una percepción general de crisis en las mismas.
Quizá Laporta no se ha sentido querido por el Palau, quizá fueran celos de los triunfos en la época de Núñez -habitual tabla de salvación en épocas de sequía de títulos-, pero lo cierto es que las extrañas decisiones iniciales (Valero Ribera como Director, para cargarse el equipo de basket (Pesic) y el de balonmano (Masip)) y la falta de involucración posterior (pese a destinar muchos recursos) han provocado que Laporta se sienta enemigo en propio feudo.
Quizá Laporta no se ha sentido querido por el Palau, quizá fueran celos de los triunfos en la época de Núñez -habitual tabla de salvación en épocas de sequía de títulos-, pero lo cierto es que las extrañas decisiones iniciales (Valero Ribera como Director, para cargarse el equipo de basket (Pesic) y el de balonmano (Masip)) y la falta de involucración posterior (pese a destinar muchos recursos) han provocado que Laporta se sienta enemigo en propio feudo.


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