sábado, 26 de julio de 2008

UNAS CUANTAS PREGUNTAS CON MALA LECHE...

Será por el calor que por fin ha llegado, por la crisis -o como quieran llamarla- económica, por la victoria de la “roja” o por la falta de competiciones deportivas, pero me asaltan ciertas dudas que necesito compartir...

¿Dimitirá Laporta si la Junta de Compromisarios vota mayoritariamente en su contra? ¿Cuántos compromisarios puede designar a dedo la Junta Directiva?
¿Dimitirá Laporta si la Junta de compromisarios vota en contra?
¿Cuantos suelen asistir a estas reuniones? ¿Está más legitimada una Junta de Compromisarios con apenas 1.000 asistentes que 40.000 socios para decidir el futuro del Presidente?


¿Quienes forman el equipo de Sandro Rosell? ¿Quien fue el responsable de la pantomima del fichaje de Beckham, previo pacto con Florentino Pérez para que no anunciara lo que ya sabían -que lo tenía fichado el Madrid-?


¿Es razonable designar a Messi como sustituto de Ronaldinho? ¿Es normal que un jugador a su edad se haya perdido la mitad de cada temporada por lesiones? ¿Es cierto que su conducta fuera del campo y en los entrenamientos sigue el modelo de su amigo Ronaldinho? ¿Cuánto se podría llegar a percibir por el traspaso de Messi, ahora que tiene cachet?

Si se ha llegado a la conclusión que tras los éxitos de hace dos temporadas lo mejor hubiese sido vender a Ronaldinho, ¿no debería hacerse lo mismo ahora con los triunfantes Xavi, Iniesta y Puyol?¿Tendremos que oir, allá por diciembre, cuando el calendario nos depare partidos complicados, que estos jugadores están cansados, saturados de partidos o fuera de forma por su participación en la selección?

¿No se decía que en un club serio y profesional se planifica la temporada siguiente en enero, se ficha a los jugadores en marzo, se hace público en mayo/junio y se inicia la pretemporada con la plantilla ya configuraba? ¿No era Cruyff quien utilizaba este argumento para criticar a su Presidente?

¿Es coherente defender un foc nou en el vestuario, con Guardiola al frente, y pretender fichar a jugadores como Adebayor o Drogba? ¿Alguien en el club es consciente de los conflictos que uno y otro han generado en sus equipos? ¿Por qué Márquez no ha seguido el camino de Ronnie, Deco, etc., cuando su conducta fuera del campo y su falta de compromiso con el club ha sido igualmente vergonzosa?


¿Cuando se hace público el premio al “vividor culé de la historia"? Teniendo en cuenta que se valoran como méritos principales los de vivir del Barça (directamente o en sus aledaños como pseudo-comentaristas) sin esforzarse demasiado -tampoco en el campo-, ¿es cierto que Charly Rexach y Txiki Begiristain encabezan las votaciones?


¿Por qué ahora el Español quiere traspasar a Luis Garcia por 15 millones cuando antes se exigía la cláusula íntegra? ¿Tendrá que ver con la crisis inmobiliaria que afecta a tantos constructores-directivos, a la sazón propietarios de jugadores y aviones?


¿Cuantos entrenadores y delanteros pasarán -vendrán y se irán- por el Español antes que Tamudo se jubile? ¿Cuando se explicará la auténtica razón de la marcha de Pandiani, Lopo, Dani Garcia, Lotina, Valverde...? ¿Qué pasó realmente en Glasgow?


¿Cuándo se marchará -de verdad- Dani Sánchez Llibre? ¿Es verdad que la inauguración del estado de Cornellà-El Prat (que le busquen nombre rápido, por favor) se retrasa? ¿Y que si se lo piden seguirá hasta que pueda albergar un partido oficial de la Selección catalana?


¿Cuánto tardará el Milan AC en darse cuenta que Ronaldinho no está para jugar? ¿Más o menos que en el caso de Ronaldo? ¿Cuando se otorga el premio “Gordinho del año”, por el que ambos compiten?


¿Cuanto tiempo durará Pau Gasol en los Lakers, después que Phil Jackson denunciase su falta de intensidad en las Finales y que Kobe Bryant acabase con la sensación de no tener un equipo que lo arropase? ¿Echaremos las culpas a la actitud contraria a los extranjeros en USA cuando esto pase? ¿O nos acordaremos de que para que lo traspasen habrá hecho falta que antes lo contratasen?

¿Cuántas técnicas le señalarán a Rudy por simulación de falta (piscinazo, vaya) o por protestar faltas que no son en la NBA? ¿Cuantos kilos debería perder Marc Gasol para poder enfrentarse en condiciones a, por decir algo, Kevin Garnett, Tim Duncan, Amare Stoudemire o, incluso, Shaquille O´Neal? ¿Vamos a pasarnos toda la temporada leyendo a la prensa de Madrid que Calderon debe ir al All Star ahora que ya no tiene a TJ Ford en Toronto por delante y sí tiene -
qué horror- a Roko Ukic por detrás?

¿Cuántas medallas olímpicas conseguirá España? ¿Cuantos deportistas que hace 4 años que se entrenan en el anónimato tendrán sus cinco minutos de gloria, con medalla y político de turno colgados al cuello? ¿Y cuantos no tendrán ni esos cinco minutos?

martes, 22 de julio de 2008

RONALDINHO: THANKS FOR THE MEMORIES


Ya está, la etapa culé de Ronadinho ya se ha cerrado -este seguro que no vuelve como entrenador- y no puedo resistir la tentación de hacer mi valoración de su paso por el Barça.

En primer lugar, teniendo en cuenta lo selectivo de la memoria, estoy convencido que Ronnie ha entrado ya en el elenco de nombres legendarios de la historia culé, al nivel de los Samitier, Kubala o Cruyff. Y es justo que así sea, ya que el Gaucho está directamente vinculado a dos hitos claves en la historia del club: por una parte como responsable máximo -casi absoluto, ayudado por Davids- de la resurrección del equipo en su primera temporada, y por otra como principal abanderado del equipo campeón de la segunda Champions.

Si bien lo anterior puede ser relativizado, dado que en la historia del club ha habido -y habrá- muchos otros cracks, con un historial similar o incluso superior -esperemos-, el mérito de Ronaldinho ha sido conseguirlo rescatando al socio y seguidor de la más absoluta frustración. Hay que recordar que el equipo que lo acogió venía de clasificarse casi milagrosamente para la UEFA -época Antic-, en una situación de crisis institucional absoluta -tras la nefasta época de Gaspart, rematada por Reyna- y con el máximo rival paseándose y sumando Copas de Europa con sus galácticos. Y consiguió, con su saludo surfero y su permanente sonrisa -¿cierta o forzada por su estructura bucodental?- devolver la esperanza al club, convirtiéndose en el icono del famoso cículo virtuoso.

Pero no fue solo su imagen -en eso Beckham se nos antojaba por aquellos entonces infinitamente más glamuroso-, no. Ronaldinho tomó el mando del equipo desde la primera noche en el Camp Nou (memorable golazo en el partido de madrugada y gazpacho)








y lo arrastró en una memorable segunda vuelta hasta luchar por el título, superar al Madrid y contribuir a entregar la Liga al Valencia venciendo en el Bernabeu y consumando el fin de los galácticos. Ello devolvió la esperanza al ciclotímico seguidor culé y, con unos acertados fichajes (Deco y Eto´o principalmente), fue el eje sobre el que se construyó el equipo que dominó la liga española durante dos años de forma incontestable, conquistó la Champions y enamoró al mundo entero con una concepción futbolística (el jogo bonito) que se asemejó a la del mítico Dream Team.







Y Ronaldinho, se quiera o no, fue el actor principal de dichos triunfos. Es indiscutible que todo hubiese sido imposible sin unos secundarios -no se si es justo llamarlos así- como los que se conjuraron a su alrededor para establecer un nuevo orden futbolístico en Europa. Pero Ronaldinho fue, sin discusión, la imagen del equipo, del club, del futbol. Su sonrisa cautivó a propios y extraños, la magia de su futbol entusiasmó sin discusión -basta recordar a la hinchada merengue aplaudiendo el día del 0-3-, su imagen desenfadada simbolizó unos valores ideales para numerosas marcas de publicidad. En fin, por todo lo que nos dio en esos tres años, Ronaldinho entra en el olimpo de las estrellas azulgranas y, de hecho, en el de los ídolos del fútbol mundial -Balón de oro y FIFA World Player mediante-.

Pese a que la nostalgia de aquellos tiempos -aun tan recientes- nos invade, debemos evaluar con dureza la trayectoria posterior. Tras tres años esplendorosos -aunque a mediados de la tercera temporada ya se vislumbraban algunos síntomas de lo que vendría-, llegó el desplome, del jugador y de la persona. Muchas causas se han señalado como desencadenantes de la decadencia del crack. Da igual. La realidad es que el Ronaldinho de los dos últimos años ha sido una sombra del que fue, en una espiral descendente, solo amortiguada por la esperanza -siempre truncada- de la afición en recuperar su esplendor, muchas veces maquillada con goles fantásticos a balón parado. Pero no. En el futbol profesional actual la preparación física es imprescindible. Y solo a igualdad de la misma el talento desequilibra. Este le sobra a Ronaldinho, no hay duda. Y voluntad sobre el cesped de demostrarlo, también. Durante toda esta última temporada he visto al jugador con ganas de intentarlo. Sinceramente creo que él ha sufrido. Pero no basta con querer. Hace falta poder hacerlo y, para ello, es necesario un nivel de forma física que se perdió entre fiestas y sesiones de gimnasio... Tristemente la imagen de Ronaldinho languideció y, en los últimos tiempos, con las últimas esperanzas de títulos en juego, ni siquiera se le echó en falta. Triste final para una trayectoria que tanto prometió y que nos dió más de lo que nos llegamos a imaginar. Y llegó la hora del adiós del Gaucho, necesario para todos.





Ahora ya es una leyenda culé, un recuerdo que se transmitirá de generación en generación -aunque lo siento, los mitos en la época digital lo son menos, me quedo con las historias mil veces contadas de goles mitológicos de jugadores apenas atisbados en imagenes en blanco y negro-, cuya trascendencia irá creciendo conforme se sucedan los años estériles, sín títulos, sin Champions -ojalá me equivoque-. Y aquella sonrisa, aquel saludo inconfundible, aquellos malabarismos a toda velocidad, aquellos goles de falta, aquellos pases mirando a la tribuna, aquellos..., quedarán en la memoria colectiva del culé, en el imaginario de una afición con una inagotable capacidad de crear y devorar ídolos para, al final, conservar a la altura de los dioses deportivos a unos pocos. Y Ronaldinho está ya entre ellos.

Y muchos niños lloran hoy sin entender como su ídolo, aquel cuyo nombre lucían orgullosos en su camiseta Barça-Nike, es ahora carne de traspaso. Y esas lagrimas infantiles son la mejor prueba de lo que ha simbolizado Ronaldinho en la historia reciente del club. Muito obrigado, Ronnie!

jueves, 10 de julio de 2008

ELS MILLORS ANYS HAN PASSAT...

Pasó el voto de censura y se constató lo que se intuía pero no acababa de estar cuantificado: Laporta se ha convertido en un personaje inaguantable para la mayor parte del barcelonismo, hasta el punto de convertirse en un presidente ya amortizado. Afronta, si alguien no consigue que recupere el seny, sus dos últimos años de mandato sumido en el absoluto descrédito, sin ninguna credibilidad a los ojos de la afición y de la mayor parte de la prensa, preso de sus actitudes altivas y desafiantes, sin atisbo de autocrítica...
Basta escuchar sus declaraciones atribuyéndose los votos de los abstencionistas para constatar una vez más lo contradictorio de su mensaje: él, que se negó a convocar elecciones cuando era preceptivo, obligado a apelar a los estatutos para aferrarse al cargo; él, que exigía a Núñez la dimisión si tenía un 40% de los votantes en contra, barrido por una mayoría del 60%; él, que simbolizaba el foc nou, a punto de arder simbólicamente en la hoguera encendida con sus discursos incendiarios...
En definitiva, Laporta es un presidente descontado, sin futuro, con la imagen por los suelos, hazmerreir de los rivales (cuando en Madrid se corea “!Laporta quédate!”...) y vergüenza para muchos culés. Y lo peor es que a casi nadie le importa nada más que derribar a Laporta, cual estatua de dictadorzuelo tercermundista, pues nada puede esperarse ya de alguien que tiene fecha de caducidad cierta -aunque anticipable- y que se convierte desde ahora, por méritos propios, en el chivo expiatorio contra el que irán dirigidos todos los golpes.
Pero como como el orgullo de Jan es infinito, como los que han votado en su contra son víctimas de los embaucadores que conspiran contra sus tesis, seguirá en su poltrona, dando lecciones de política (cansa ya el Visca Catalunya Lliure cuando no sirve para nada más que para enfrentar), de teatro (triste aprendiz de actor, imitador de pacotilla de su enemigo eterno Núñez, con sus impostadas lagrimillas), de economía por boca de Soriano (curiosamente se regala a Deco por 10 millones de euros al Chelsea, club multimillonario por excelencia que acaba de pagar 20 por Bosingwa -que levante la mano quien le hayavisto jugar-, justamente el 30 de junio, último día del ejercicio contable, para declarar a continuación un beneficio de !10 millones de euros! y así no tener que avalar)...y lo que viene puede predecirse fácilmente: desde ahora, cualquier aparición pública de Laporta irá acompañada de una sinfonía de pitos y descalificaciones (!al loro, que les has regalado dos Ligas al Madrid! será la más suave) y, lo que es peor, el Nou Camp se convertirá en el coliseo donde condenar sus errores a través de pañoladas contra el equipo a la primera que se tuerzan los resultados.
La posición de Guardiola queda muy comprometida. Aunque se tache al socio crítico con Laporta de antibarcelonista -ya lo hacía Núñez en su época-, todos queremos que el equipo de fútbol gane siempre, todos los partidos, jugando bonito (!cuanto daño nos hizo la puñetera campaña del “jogo bonito” de Nike), goleando, siendo un referente a nivel mundial. Nada nuevo bajo el sol. Pero si las cosas se tuercen -ni pensar quiero en la previa de Champions-, si el Madrid de Cristiano Ronaldo toma ventaja en las primeras jornadas, Pep estará solo ante el peligro. Laporta y Txiki seguirán eludiendo responsabilidades -aquello de las notas a final de curso puede hacerse este año inacabable- y aflorarán de nuevo todas las dudas sobre su experiencia, su capacidad para dirigir con carácter y mano dura un vestuario donde siguen demasiados jugadores de la última temporada -por acción u omisión-, todas esas dudas que ahora el culé oculta tras un manto de ilusión, de pensar que nada puede ir deportivamente peor que en los dos últimos años. Y si el Nou Camp estalla y decide pasarse la temporada debatiéndose entre la deserción y el pañuelo, Guardiola será quemado, perdiéndose un proyecto ilusionante de entrenador.
Y la verdad es que, en el fondo, creo que la mayoría de socios no juzgan negativamente la mayor parte de la gestión de la directiva encabezada por Laporta. Pese a algunas decisiones cuestionables -más si cabe por la política de silencio del club-, pocos socios pueden dejar de sentirse orgullosos cuando perciben que la marca Barça se ha convertido en universal, cuando la situación económica permite fichar caro y vender regalado sin demasiados complejos, cuando se nos regaló con un equipo que, además de ganar títulos, provocó el éxtasis en forma de seguidores merengues aplaudiendo rendidos a nuestra superioridad... el problema radica en que pocos aguantan ya al presidente, devorado por su afan de protagonismo, por su prepotencia, por su palabrería, por su inacción ante la decadencia del vestuario, por su genuflexión ante Cruyff, por sus salidas de tono. En definitiva, Laporta se ha cargado su propia gestión. Y ya no tiene retorno. Las urnas le han sentenciado, da igual si legitimamente puede seguir -que puede-, su tiempo ha pasado.
Y quedan dos opciones: dimitir y convocar elecciones -en unas semanas, después de cerrar las plantillas, dejando la temporada planificada- o dimitir y abdicar en algunos de sus directivos -con la esperanza que se rebaje la tensión y cambien las formas hasta las elecciones dentro de dos años-. Pero el único que no puede seguir es Laporta.
Conclusión: passats els millors anys de la seva vida, solament ens queda que la Constanza -o la que sigui- se´l emporti a jugar a golf amb en Johan...