miércoles, 24 de diciembre de 2008

CAMPEONES Y MESSI FUERA...PRONTO!!

Se acabó. No hay rival. Esta Liga solo puede tirarla el Barça. Ni en el campo gafe y frente al rival mejor armado de la competición el Barça pierde su buena estrella y su solvencia.
Ya pueden preparar revisiones ridiculas del “Juntos podemos” o fichar a precio de estrella saldos de medio pelo -¿por qué Arsenal y Chelsea cerraron sus puertas a Diarra? ¿Por qué nadie en Europa había apostado antes por Huntelaar?-, que la Liga tiene ya campeón, y no solo de invierno.
El ritmo culé es inalcanzable. Es perfectamente factible sumar los próximos 18 puntos (a saber, Mallorca, Depor, Numancia y Sporting en el Camp Nou; Osasuna y Racing a domicilio). Aunque haya algún tropiezo, supongamos que solo se sumen 14 o 15. Nos plantariamos en la jornada 22 con no menos de 12 puntos sobre el segundo -probablemente Sevilla-, y con At. Madrid, Valencia, Villarreal y Madrid más alejados -forzosamente, ya que están pendientes enfrentamientos directos entre varios de ellos-. Faltarán entonces 16 jornadas / 48 puntos, en que Guardiola podría dosificar fuerzas, alternar jugadores y centrar esfuerzos en la Champions. Además, cuando un equipo mantiene un paso tan firme como el del Barça actual, son los rivales los que acaban perdiendo fuelle, más concentrados en ocupar plaza de Liga de Campeones que de seguir al líder. Por tanto, aunque Pep insista en controlar la euforia, su Barça merece todo el reconocimiento como futuro Campeón de Liga. La única emoción: ¿saber si se campeonará antes de jugar en el Bernabeu o lo hará allí mismo?

Y puestos a seguir ejerciendo de pitonisos, un órdago: Messi saldrá del Barça a final de la temporada 2009-2010 con destino a algún club de la Premier inglesa. ¿En qué me baso para tan aparentemente peregrina observación?
En varios hechos que se vienen acumulando en los últimos tiempos y que solo la bonanza general permiten que pasen desapercibidos. Siguiendo un orden cronológico:
– Messi creció como futbolista del primer equipo culé bajo la sombre e influencia de Ronaldinho y Deco; compartió vecindad con el primero y afición a las fiestas y escasa predisposición a la disciplina y el entreno con ambos, todo ello con la complicidad de Rikjaard. La marcha de unos y otro no fueron del agrado del argentino...
– Messi ansía el reconocimiento de su país de origen -aunque uno duda de su argentinidad, dada su nula locuacidad frente a la oratoria desenfrenada de sus compatriotas- y lo pone por delante del Barça. No nos engañemos. Da igual que el Barça lo sacase de la miseria, lo albergase y le pagase el tratamiento contra su enfermedad cuando llegó. Por encima de todo Messi quiere triunfar con Argentina. Solo así puede entenderse el empecinamiento en participar en los Juegos Olímpicos, dejando al club que le paga una fortuna -el mejor pagado de la plantilla, por cierto- en la estacada ante una incierta -en aquel momento- eliminatoria previa de Champions. Guardiola cedió con la esperanza de que Messi se sintiese confortable en el equipo y agradecido al míster. Pep tiene muchas virtudes pero quizá peca de romántico soñador. Él fue un jugador de la casa, identificado con el club y el país. Messi simplemente no.
– Messi busca su lucimiento personal y ello significa Balón de Oro, aunque todavía no ha entendido que Cristiano Ronaldo lo ha ganado por sus éxitos a nivel colectivo. Pero Lionel sigue a la conquista del gol imposible que de la vuelta al mundo, una vez replicado el de Maradona en México. Y por ello muestra un hambre desmesurado por marcar goles en lugar de pasar el balón, aunque en esto habiamos progresado... hasta hace dos partidos.
– El partido del Valencia y lo sucedido a continuación marcan el punto de inflexión en la relación entre Guardiola y Messi y, espero equivocarme, son el primero de los desencuentros que acabarán con la marcha del crack. Y es que pudiendo entender que en el fragor del partido Messi quisiese seguir humillando a Del Horno y que, por tanto, la sustitución no le sentase demasiado bien, creo que es inadmisible la actitud posterior: la no presentación al entrenamiento siguiente, la negativa a ejercitarse con los compañeros y el desafio que ello supone a la autoridad del entrenador, posteriormente ratificado con su sospechosa actitud frente a Madrid y Villarreal, alternando fases de desaparición -¿juega Messi?, nos preguntabamos- con otras de individualismo exarcebado, como queriendo demostrar a Pep que él es el mejor y que se pasa sus instrucciones por el forro de sus caprichos, constituyen una clara demostración del egoismo del jugador, solo interesado en su triunfo personal, su Balón de Oro y sus goles.

Y creo que Guardiola se ha equivocado en el tratamiento dado al tema: en los dos partidos siguientes, pese a su actuación muy por debajo de lo esperado, Messi no fue sustituido y en su lugar desfilaron Eto y Henry. Luego le otorga, camufladas de permiso a los viajeros de larga distancia, unas vacaciones más extensas que al resto de sus compañeros.
Mucho me temo que Pep ha empezado a ceder ante los desplantes de Messi. Con los resultados a favor, todo quedará en segundo plano. Pero cuando los mismos se tuerzan -no esta temporada sino la próxima, en que el culé soñará otra vez con ganar, arrasando, todos los trofeos-, cuando reaparezcan las lesiones, cuando los compañeros agraviados levanten la voz o, peor aun, se desentiendan del proyecto, el entrenador deberá lidiar con un entorno adverso, con las elecciones presidenciales en puertas y de nuevo la sensación de autodestrucción que es endémica del barcelonismo. Recordemos que Rikjaard controló exquisitamente un vestuario plagado de egos durante tres años para luego estrellarse -con la connivencia presidencial- víctima del pasotismo y la findolencia...
Espero equivocarme del todo -como ya hice cuando mostré mi escepticismo hacia la figura del Guardiola entrenador-. Pero la historia del Barça está plagada de casos similares. Dioses caídos, de la gloria al odio en un año. Lo mejor que podemos hacer es disfrutar de esta temporada que sí va a ser brillante y exitosa y desear que las especulaciones enfermizas del autor de estos comentarios no sean más que hipótesis nacidas de la delirante facilidad del culé recalcitrante para imaginarse infiernos dantescos incluso cuando todo parece ir bien. Como siempre, el tiempo dirá.
PS: ¿Qué hacian Laporta y un conocido economista amigo suyo famoso por sus estridentes americanas cerrando una discoteca -de la que era asiduo Ronaldinho-, acompañados por una periodista hija de otra periodista y ex-pareja de un periodista deportivo madrileño y una famosa ex-pareja de torero hijo no reconocido de otro torero? Las extrañas parejas...

1 comentario:

Unknown dijo...

Un escalofrío me ha recorrido de arriba a abajo mientras leía esta entrada porque esta vez creo que tienes razón. Será una lástima no poder disfrutar del espectáculo de Messi, pero ahora es oro puro y, si realmente el jugador no está por la labor, hay que aprovechar para vender a buen precio. Que no nos pase como siempre...