domingo, 3 de enero de 2010

ÑBA 2009, EL AÑO DE LOS GASOL


Acabó el 2009 y es hora de hacer balance de la temporada de los representantes españoles en la NBA, sin caer en el tan habitual patriotismo barato que ciega a la mayoría de los analistas.

En primer lugar, es justo reconocer el mérito indudable de Pau Gasol en el anillo de los Lakers, afianzado en su posición de escudero interior del sublime Bryant. Pau ha sabido entender su rol e interpretarlo con eficacia, sin verse afectado por la pérdida de protagonismo respecto a su etapa grizzlie. Solo esto vuelve a demostrar su inteligencia, principal intangible del mayor de los Gasol. Ese que le permite aprovechar las pelotas dobladas por la estrella y jugar sin balón para tomar ventaja. Su premio, el All Star, el anillo y una espectacular renovación.

Solo un pero al respecto: sospechoso el rendimiento en los 3 partidos anteriores a la firma del nuevo acuerdo, superando noche sí, noche también, su tope reboteador. Tras la firma, vuelta a la normalidad (17 ptos, 12 rebotes), que no es poco. En el fondo, lo del contrato es otra muestra de inteligencia..

Y una duda, no tanto individual como colectiva: estos Lakers 09-10 me parecen más inconsistentes que los anteriores. El cambio del siempre conflictivo Artest por el currante Ariza, el desplazamiento de Odom al banquillo y la decadencia de Fisher, junto con un banco justito -salvo por Odom y, a veces, Brown- estan exigiendo más de la cuenta al maltrecho Bryant, obligado a ejercer de Jordan -por lo de los tiros ganadores de último segundo- con demasiada frecuencia. Quizá en el Oeste no encuentren un rival de suficiente envergadura, pero veo al equipo un escalón por debajo de Celtics o Cavs.


En segundo lugar, chapeau para Marc Gasol. Brillante adaptación en su primera temporada y espectacular progresión en la segunda (15 ptos, 10 rebs), ejerciendo un cierto liderazgo -cocapitanía con Randolph- en un equipo plagado de egos pero, hasta esta temporada, falto de química. Gran mérito del mister, Lionel Hollins, capaz de integrar al colosal -en lo físico y como jugador- pero siempre díscolo Randolph (20+11), dar confianza a un base yo-yo como Mike Conley (10 ptos + 5 asist), y hacer compatibles a dos chupones como Rudy Gay (21 ptos) y O.J. Mayo (18 ptos). Marc aporta solidez en la zona, hace lo que sabe en ataque -61% en tiro, ya hay otros para volverse locos- y completa un quinteto compacto que marcha al 50% (16-16) y con posibilidades reales de luchar por play-off. El banco es escaso (notable Sam Young, pero poco más, con Tinsley de vuelta de todo y Thabeet con todo -salvo los centimetros- por aprender) y puede ser el punto flaco del equipo.

Pese a ello, ni en sueños va a jugar el pequeño de los Gasol el All Star. Ni es la estrella ni el anotador en su equipo ni el mejor en su posición. Ni en la votación popular ni en la elección de los entrenadores. Vender ahora que pueden ser -los Gasol- los primeros en hacerlo para luego acabar arremetiendo contra no se que chauvinismo americano es puro provincialismo. El mismo que exigía el All Star para Calderón, por ejemplo.

En todo caso, muy buen rendimiento de Marc, ejemplo de adaptación al entorno -ciudad- y a las circunstancias -equipo inestable por definición-. Otra muestra de inteligencia familiar que, a la vista de las declaraciones maternas sobre los representantes, debe tener origen paterno.


Para seguir, año negativo, este sí, para Calderón. Tras el brillante arranque de la temporada 08-09, las lesiones le dejaron fuera del equipo, el cual fue de mal en peor sin su timón y acabó fuera de play-off. Solo la casi infalibilidad en los tiros libres que le auparon en dicho apartado estadístico endulzaron el año de Calde. Esta temporada, tras dedicar el verano a recuperarse, se preveía positiva.

Pero nada funcionó. De entrada Calderón se mostró errático en el juego (12 ptos, pero solo 6 asistencias y 78% en tiros libres) y el equipo lo acusó acumulando derrotas. Finalmente la reproducción de los problemas físicos le tienen nuevamente apartado y, contra pronóstico, el equipo ha ido hacia arriba (con 16-18, peor que Memphis, pero en posición de play-off en el Este), con los ya conocidos Bosh (24+11, siempre fiel a sus estadísticas) y Bargnani (17+6, parece que por fin se ha levantado de la siesta) pero, sobre todo, con la incorporación del polivalente Turkoglou (13 ptos + 4,5 rebs + 4,5 asist), tan brillante en NBA como nefasto con su selección y, aunque duela a muchos reconocerlo, con Jarred Jack (10 ptos, 5 asist.) como eficiente director, haciendo que la ausencia del extremeño apenas se note. Año para olvidar.


Y no demasiado mejor para Rudy Fernández. Tras el buen arranque de la temporada 08-09, el famoso rookie-wall le pasó factura y acabó la temporada con unos números correctos (10 ptos, 3 rebs, 2 asist) pero una peligrosa sensación: la de ser considerado un simple especialista en el lanzamiento triple (de hecho el 63% de sus tiros lo fueron desde tal distancia) o finalizador de alley-hoops servidos por Sergio Rodríguez.

Esta temporada 09-10 se esperaba la de la confirmación, en la que debía disponer de un rol con mayor protagonismo en ataque -algo que, por sus condiciones, puede hacer-. Pero la realidad ha sido decepcionante: más de lo mismo, aderezado con problemas físicos que le han hecho disminuir sus estadísticas de tiempo en pista y anotación hasta que ha tenido que pasar por el quirófano.

Y lo peor es la sensación que la construcción del equipo en Portland hace girar todo el juego ofensivo alrededor de Brandon Roy y sus 1 contra de 5, para que, si su casi inagotable capacidad para penetrar con rectificados imposibles le obliga a doblar pase hacia el exterior, encuentre apostados a sus compañeros esperando para el triple. Eso, o ver el highlight de turno en plena cancha.

Malas perspectivas pues en un equipo monocorde en ataque y con un entrenador poco dado a confiar en jugadores inexpertos, extranjeros o poco esforzados en defensa. Aunque Rudy cumple en esto último, no cuenta con la confianza de McMillan y eso le confina a funciones de especialista y a perder su imprevisibilidad y exuberancia física. En 2010 solo puede ir a mejor.


Como mejor le ha ido ya a Sergio Rodríguez. En su temporada en la encrucijada -o aportar algo o volverse a Europa- parece que ha ido a parar al equipo ideal. Del desconfiado McMillan en Portland al ofensivo Westphal en Sacramento, en un equipo con todo por reconstruir, sin presión y con confianza en los jovenes. Y el equipo, tras perder por lesión a su mejor jugador (Kevin Martin) ha respondido (14-19, mejor de lo previsto) con los rookies Tyreke Evans (20+5+5, llamado a ser rookie del año) y Omar Casspi (de Maccabi a California a ritmo de 13+5) y el forward de 2º año Jason Thompson (15+9) como mejores noticias. En ese contexto Sergio ha encontrado el hueco para desarrollar su juego con la libertad que nunca tuvo en Portland, respondiendo en los 14 minutos en cancha con 6 ptos y 3 asistencias y una mejora notable en sus porcentajes y control de las pérdidas. No está claro que pueda conseguir mucho más espacio, pero puede asentarse en un rol de 2º-3er base en equipos con un perfil que se ajuste a sus características. Si no, a volver a Europa.


Y finalmente, una convicción: Ricky está llamado a ser el jugador con mayor impacto de la ÑBA. Su estilo se ajusta mucho más a la NBA que a la ACB. Su lectura del juego está muy por encima de la del resto de playmakers que últimamente se han incorporado a la liga, incluido el sobrevalorado -especialmente por si mismo- Brandon Jennings. No se si ganará el título NBA o si alcanzará las cifras en anotación de Pau -quien será siempre el referente en mayusculas-, pero estoy convencido que Ricky acabará ejerciendo el liderazgo del equipo donde vaya a parar y que, fruto de ello, dicho conjunto mejorará sus posibilidades en la competición. La anotación de Ricky, mejorará. A pesar que su tiro exterior sea aun errático y su estilo altruista. Da igual. Ricky luce aun sin anotar. Algo que muy pocos pueden decir. Se aceptan apuestas...

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