domingo, 28 de septiembre de 2008

LLORONES!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!


Otro derby entre Español y Barça que acaba con los pericos quejándose del árbitro y culpándole de su derrota. Parece como si históricamente los directivos del “altre equip de la ciutat”, encabezados por un presidente con una incontinencia verbal que solo resulta admisible en un club con escasa trascendencia más allá de su hinchada, quieran utilizar el habitual recurso de la parcialidad arbitral como único argumento para explicar la superioridad blaugrana. No deja de resultar curioso que dicho recurso suelen utilizarlo solamente tras perder con los culés, nunca frente, por ejemplo, al Madrid -lo veremos esta semana, cuando alegremente aceptarán una nueva goleada en el Bernabeu- o ni siquiera ante los equipos de su Liga -aquí cada cual que incluya los equipos que quiera; en otra entrada de este blog ya dí mi parecer-.

Y me parece lamentable la inculpación del colegiado cuando, en lo futbolístico, la diferencia entre Barça y Español fue ayer abismal. Me cuesta recordar un partido en Sarrià o Montjuic donde el Barça haya dominado con tanta claridad, haya dispuesto de tantas y tan claras ocasiones y, sobre todo, donde el portero del Barça haya tenido tan poco trabajo. Algunos expertos en el mundo del fútbol ensalzan hoy la táctica del Español, trazan paralelismos con la del Numancia, alaban el esfuerzo defensivo de los delanteros. Que quieren que les diga. Todas ellas son armas de equipo menor, de conjunto acomplejado y sin otra opción que el recurso a la heroicidad, a la defensa numantina -otra vez-, a la épica. En el pasado el Español utilizaba el derby para creer en si mismo, para superar barreras y plantar cara al Barça, que históricamente maldecía las dificultades que hallaba en Sarrià -donde el Madrid se paseaba con un ambiente mayoritariamente afin-. Es por ello que el planteamiento del Español y, aun más, su desempeño en el campo, me parecen una claudicación del espíritu rebelde que históricamente mostraba en el derby.

Y si el partido no acabó en goleada de escándalo fue por la falta de puntería de los barcelonistas, el acierto de Kameni -por cierto, ¿por que no ficharlo a final de temporada, libre de contrato y joven -con mucho margen de mejora- en lugar del cada vez más inseguro Valdés?-, los postes (ya van 6 en Liga, a saber, Alvés (2), Eto, Messi, Henry y Xavi), los goles salvados bajo los palos... y el árbitro. Y el árbitro, sí. Por que puestos a repasar la actuación del nefasto trencilla -¿alguién sabe de donde viene esta denominación?- Medina Cantalejo (por cierto, el Barça llegaba al partido con un inexplicable balance de 6 victorias-6 empates-6 derrotas con él como colegiado, solo atribuible a una evidente tendencia antibarcelonista), creo que pueden encontrarse algunas claves a sus errores -que los hubo-: para empezar, no vió un posible penalty por manos en el área perica a centro de Alves y lo saldó con una tarjeta a Busquets por protestar; como cualquier jugada de este tipo (manos involuntarias), la falta de criterio arbitral hace que siempre haya un equipo que se sienta perjudicado, tanto si se pita penalty o no. En todo caso, optó por favorecer al Español.
El siguiente error de bulto -más del linier ciego que del árbitro tapado- fue conceder el gol del Español, ese que Sánchez Llibre no debió ver cuando habla de adulteración y prostitución entre lágrimas. Y, sin duda, al ser consciente de sus errores y siendo evidente el devenir del partido, con un baño de fútbol absoluto por parte del Barça, fue cuando decidió compensar. Y lo hizo convirtiendo en tarjeta una simple falta en una pugna por un balón aereo. Y con ello, al descanso. El Español señala la expulsión como el momento clave, pero ello no deja de ser tendencioso. Hasta ese momento el Barça había tenido las mejores ocasiones -los goles eran cuestión de tiempo- y, sin duda, si el árbitro hubiera señalado el penalty de Moisés y anulado el de Coro -cuidado, si sus goles milagrosos dejan de dar victorias, no sé quien salvará al Español-.
En la segunda parte el Español se atrincheró en su área, renunció al fútbol, perdió el tiempo, desplazó balones -curiosa la queja de Márquez, pidiendo que se saque en el lugar de la infracción y con el balón parado... esas deben ser las trampas que pedía para ganar al Barça- y se mostró como un equipo mediocre. Lo siento, pero así fue. Solo la ilusión de sus seguidores por derrotar al barça y la frustración por el desenlace, salpicado por los incidentes en las gradas, pueden hacer que no reconozcan la triste actuación de su equipo, empequeñecido como nunca.
Y en la segunda parte el árbitro contemporizó. Lo hizo, por ejemplo, cuando perdonó la 2ª amarilla a Román Martínez en una entrada desproporcionada por la espalda a Xavi -¿tampoco se acuerda el berberechero de esta jugada?-. Respiró cuando Henry empató, ya que pensó que así no recibiría tantas críticas por el gol regalado al Español del que tan consciente era a esas alturas.
Y su gran problema llegó en el último segundo. El derribo de Pareja a Eto fue, para Medina Cantalejo, clarísimo. Como lo fue para la mayoría de los espectadores, en el campo o por televisión. Luego la repetición puede confirmar que primero toca el balón. Cierto. Después, el pie de apoyo de Eto. También cierto, ¿no? Si el toque al balón no desvía lo suficiente la trayectoria de este como para impedir al delantero el remate, y luego este es derribado -impidiendo dicha posibilidad de remate-, ¿es penalty o no?Cada uno tendrá su opinión. En otra entrada de este blog reconocí el penalty de Martín Caceres frente al Betis, donde se llevó por delante balón y jugador. Lo más parecido a la jugada del derby. En cualquier caso, en directo, sin repeticiones, Medina Cantalejo -¿por qué los árbitros son la única subespecie del mundo que necesitan dos apellidos para ser conocidos?- tuvo claro que sus errores hasta aquel momento habían tenido un claro beneficiario neto (el Español, claro) y fue consciente del escándalo que provocaría el no señalar un penalty que él vio claro -otros también, otros no, fútbol es fútbol-.

Ahora bien, culpar al árbitro de la derrota cuando se ha sido barrido del campo en lo futbolístico es propio de llorones. Sin paliativos. Y resulta hasta cómico cuando es la misma cantinela de cada temporada. Basta repasar los archivos para ver que cada derby celebrado en Montjuic va seguido -siempre que acaba con empate o victoria culé- de las quejas pericas, referencias al robo arbitral, al atraco pito en boca... bua, bua, bua.

En otro orden de cosas, la más firme condena por los altercados de un grupo de degenerados boixos nois. No representan para nada al “soci”. Y si desde este blog se ha sido muy crítico con Laporta -nueva salida de tono en el palco, por cierto, respondiendo airadamente a los que buscaban provocarle-, también se le ha reconocido su decidida apuesta, aun con amenazas personales de muerte, por la erradicación de la violencia del Camp Nou. Ello plasmado en la expulsión de dichos indeseables del club, perdiendo su condición de socios. Es por ello que resulta lamentable que las medidas de seguridad que se aplican en el coliseo blaugrana no funcionaran ayer en Montjuic. ¿No era un partido de los calificables como de máximo riesgo? ¿No se efectúan registros a los asistentes, especialmente aquellos ataviados con enseñas de grupos radicales? Lo siento, pero además de los directamente responsables -esto es, los violentos que amparados en la masa se comportan como degenerados-, deberían revisarse con rigor los negligentes criterios de control aplicados por parte del Español y/o los cuerpos de seguridad. De esto no puede responsabilizarse ni al Barça ni a Laporta.

Y nada más. Bueno, sí. Un consejo a los llorones del Español: más vale dejar de culpar al árbitro de las limitaciones propias -esto es aplicable a cualquier equipo, también al Barça- y buscar de cara al mercado de invierno a un sustituto para Ivan de la Peña. Por que pretender que el cántabro, cada año menos activo por su fragilidad muscular, sostenga todo el juego de ataque, apoyado en el no menos decadente Tamudo -impagable su aportación a la historia del Español, como evidente su deterioro físico-, es francamente suicida. Y si no se remedia de alguna manera (de todos modos Sporting, Málaga y Numancia ayudarán) los lloros pueden acabar siendo de otro tipo a final de temporada...

1 comentario:

Anónimo dijo...

El que es patètic, es que els "llorones" volien denunciar als jugadors del barça.... Pericos: Llorad como mujeres lo que no supisteis defender como hombres