domingo, 1 de febrero de 2009

QUO VADIS, ESPAÑOL?

El Español vive en un inexplicable estado de euforia, después de evitar la goleada frente al otro equipo de la ciudad -una soberana estupidez, por cierto, la de evitar nombrar al rival- y regocijándose del acierto de la fórmula Poche (2 empates y 1 derrota, a este ritmo no se llega ni a 30 puntos a final de Liga).

Al margen de lo que ocurra en su duelo frente al Recre, lo que parece evidente es que el Español viene deslizándose por una pendiente sin freno, cuyo destino final es el abismo de la 2ª División.
Los errores se han ido sucediendo, cada uno mayor que el anterior, hasta desembocar en la situación actual.

Pero vayamos por partes, que en este caso todos tienen culpa:
– El Consejo del Español responde a la definición aquella de pocos y mal avenidos. El máximo accionista (Lara) no quiere saber nada, los advenedizos procedentes del mundo inmobiliario avidos de plusvalías colaterales del proyecto de nuevo estadio empiezan a escampar víctimas de la propia crisis de su actividad, el Presidente amarrado a su puesto (que feliz debe estar de las lluvias que impiden plantar el cesped o del vendaval que se llevó por delante la cubierta, así no podrá inaugurar todavía el estadio y prorrogará su estancia en la poltrona) y los candidatos a sucesor, encabezados por el palmero Collet, haciendo méritos entre la afición -entendido como única aportación la de rajar del otro club de la ciudad de forma periódica para ocultar las limitaciones propias-.
En conjunto, una colección de forofos incompetentes, con una experiencia de gestión limitada, encantados de conocerse a si mismos y que no quieren dejar el puesto por nada del mundo, aunque casi pidan a sollozos que los dejen marchar, pura comedia copiada del ex-pecident del otro club de la ciudad.
– La dirección técnica y el banquillo son un reflejo del caos institucional, emparedados entre una directiva que no está dispuesta a gastarse un duro -víctimas de su pésima gestión económica y de la construcción megalomaniaca de un estadio para jugar en 2ª- y de una plantilla controlada por unos pocos jugadores que se permiten poner y quitar entrenadores, traspasar jugadores o vetar fichajes.
En esta tesitura Paco Herrera no ha acertado demasiado con los fichajes. Es cierto que no disponer apenas de un euro y tener que recurrir a cesiones o jugadores de medio pelo es complicado. Si encima la mafia del vestuario te impide traer a jugadores de cierto perfil, lo tienes crudo. La única solución: ir cambiando de secretario técnico cada dos años.
En el banquillo, más de lo mismo. Si el entrenador es de línea dura, los jugadores le hacen la cama -en forma de lesiones inacabables y repetidas, alarmante sequía goleadora, baja forma-. Y si es de la línea blanda, dialogante, los jugadores encantados y los resultados de mal en peor, fruto de la falta de exigencia, también al estilo de lo ocurrido en los dos últimos años en el otro club de la ciudad.

– Y la plantilla, escandalosamente sobrevalorada, tanto por el mensaje institucional -¿de que va Dani cuando dice que es impensable que el Español esté en puestos de descenso?- como por el recuerdo de un pasado mejor.
La secuencia de cambios en la configuración de la plantilla muestra la existencia de unos personajes inamovibles (el ¿capitán? Tamudo, el siempre-lesionado De la Peña y el solo-lanzo-faltas Luis García) que se han permitido, sucesivamente, cargarse entrenadores (Lotina -estuvo más fuera que dentro, tal como en su día anunció el incontinente verbal Sr. Tarradellas-, Valverde -ay, Txingurri, en qué momento se te ocurrió sustituir a Tamudo en la final de la UEFA-, Márquez -parecía tontín, pero se le ocurrió decir que las derrotas eran consecuencia de errores individuales de los jugadores-, Mané -que tio más aburrido-), forzar salidas de jugadores (¿por qué se marcharon Lopo y Dani García? ¿a quién se le ocurrió regalar a Pandiani al Osasuna después de ser pichichi en UEFA, dejando en 2º término al intocable Tamudo?) o mantener en la plantilla a jugadores de medio pelo- aunque útiles para jugar en 2ª, eso si, tipo Corominas, Jonathan Soriano, David García y tantos otros-.


La única solución que han encontrado, después que el Presi y sus palmeros, pasando del secretario técnico, cortaran la cabeza de Mané -después que la semana anterior el tio-que-solo-entiende-de-berberechos se permitiera augurar larga vida del vasco en el banquillo perico- pidieran al trio calavera una solución.
¿Y qué se les ha ocurrido?
Pues colocar a su amigo del alma, Pochettino, otro conspirador -en su última época en el club-. El discurso futbolístico vira ahora hacia la testiculina, el orgullo, la raza y todas las sandeces a las que se apela cuando falta calidad. Como recurso a muy corto plazo puede servir -especialmente para quemar las naves frente al otro club de la ciudad-, pero el Español necesita ganar unos cuantos partidos para salir del pozo. Y para ello hace falta jugar un poco a futbol y meter goles. ¿Quién lo hará? Lo que es seguro es que después de hacer el ridículo en el mercado de invierno, traerse a un delantero de 2ª división y a otro argentino -que debe ser amiguete del mister o de su ayudante- suena más a ir preparando la próxima temporada que a pretender cambiar algo.

O quizá la solución pase por que Tamudo resucite -y de paso aprenda a tirar penalties-, que de la Peña juegue más de dos partidos de aquí a final de temporada y que Luis García deje de hablar en rueda de prensa de compromiso, responsabilidad y lindezas por el estilo y haga algo útil en el campo. Si ocurre todo esto -difícil visto el grado de decadencia física y moral de este trio- puede que aún opere el milagro. Con ello se podrá garantizar la continuidad de los tres el año que viene -con alguna mejora contractual de por medio, solo faltaría-, del mister milagrero -al que ya comparan con el del otro club de la ciudad- y del presidente -al que las peñas, en algún desayuno populista, le habrán pedido a gritos que siga y él, en un nuevo acto de sacrificio, accederá a seguir.

Y el año que viene, en el nuevo estadio -¿y lo de bautizarlo con el nombre de alguna firma global ansiosa de vincularse con tan laureado club?-, a sufrir otra vez...

En resumen: hasta seis veces ha aparecido la referencia al otro equipo de la ciudad. Y es que ese es el gran problema del RCD Español (o Reial Club Deportiu Espanyol, o como se quieran llamar): la falta de identidad. Además de no tener claro ni su nombre, ya no saben a que ciudad pertenecen (¿El Prat?¿Cornellá?¿Ambas?), si defender la catalanidad (propongo repescar a Oleguer o utilizar el siguiente corte como muestra: http://www.youtube.com/watch?v=AGWWfqDE8g0) o la españolidad (Brigadas mediante)...

De momento, la respuesta al enunciado es fácil: A SEGUNDA, A EL PRAT-CORNELLÀ


PS: Todo esto dicho con mucho, mucho cariño a los pericos de buena voluntad -que los hay- y con infinito agradecimiento a las distintas fuentes de ideas (Joan, Xavi, Alex...)

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