jueves, 30 de abril de 2009

CON DOS EMPATES BASTA

Superado el partido de ida de Champions con empate sin goles ante el Chelsea, muchos culés viven angustiados, mascullando un “no guanyarem res” como reflexión definitiva ante una especie de providencia adversa empeñada en emborronar una temporada de ensueño.
Y, recordando al Laporta de hace un año -!cómo pasa el tiempo y cuánto cambian las cosas!-, deberiamos decir que no estamos tan mal, hombre. Pero el “neguit” culé -lo que en Madrid llaman canguelo- existe, haciendo que, lejos de soñar con el triplete -ayer tan próximo, hoy lejano-, el seguidor blaugrana se torture ante una concatenación de resultados imaginarios (derrota en Madrid, derrota en Londres, nervios desbocados, derrota ante el Bilbao, pérdida de puntos en la Liga...) que nos lleven a una nueva temporada en blanco, con el Madrid otra vez campeón de Liga.
Que levante la mano el culé al que no se le haya pasado más de una vez este escenario por la cabeza en los últimos días. Pero tan cierto es que se puede perder todo como ganarlo. De hecho, a corto plazo, basta con dos simples empates, ese resultado tan despreciado por su escaso botín, en el que el Barça se ha especializado últimamente. Pues sí, después de considerar insuficiente el empate en Mestalla -especialmente tras el resultado del Sevilla-Madrid- y ante el Chelsea, resulta que simplemente repitiendo ambos resultados dejariamos la Liga sentenciada y sacariamos billete para Roma.
Vayamos por partes. Ante el clásico, quien más tiene a perder es el Madrid. Para empezar y acabar, la Liga. El Barça solo puede perder ventaja (3 puntos o, en un escenario de descalabro, 3 más el goal-average). Ni siquiera el liderato. El calendario inminente es más benévolo para el Barça (Villarreal y Osasuna en el Camp Nou y Mallorca y Depor a domicilio) que para el Madrid (solo Mallorca en casa y desplazamientos consecutivos a Valencia y Villarreal, para cerrar en el Reyno de Navarra). Todo ello obliga al Madrid a ganar al Barça. ¿Y como lo hará? Si juega al ataque -¿sabe?-, el Barça puede hacerle un roto. Si juega a la contra, el Barça puede tocar y tocar. Si juega agresivo como en el partido de la 1ª vuelta... depende del árbitro. Pero en cualquier caso quien parte con ventaja -sin entrar en calidades futbolísticas de unos y otros- es el Barça. El colchón de puntos merecidamente acumulado sirve precisamente para plantear este partido de forma menos desesperada, con la cabeza más fria. Por tanto, el culé no debe sufrir... al menos antes del partido.
Respecto al partido de Stamford Bridge, a sufrir, sí, pero con posibilidades firmes. No diré aquellas sandeces que es mejor un 0-0 en la ida que un 2-1, pero siendo malo el resultado, es el mejor de los malos resultados posibles -entendidos como empates o derrotas-. Creo que el elemento crítico del partido en Londres será aguantar el chaparrón de los primeros 20 minutos, donde el temeroso Chelsea de la ida se transformará en agresivo bulldozzer con ánimo de atropellar literalmente a los blaugrana, jugadores, salvo muy honrosas excepciones, físicamente inferiores. Si aguantamos la avalancha sin daños (0-0), se abrirá un nuevo escenario, trasladando el pánico a las filas locales, que necesitarán perentoriamente 2 goles -esta es la clave- para respirar tranquilos. Y es que al Barça le ha de dar igual -bueno, casi igual- que le marquen un gol. Tanto da un 0-1 que un 1-1. Un gol del Barça pondría al Chelsea contra las cuerdas tanto con el empate inicial como con ventaja mínima inglesa. Y ese gol puede llegar, no hace falta perder la cabeza, en cualquier momento. Y la angustia local, el miedo a perder otra Champions -tras la desgracia de Terry del año pasado-, el recuerdo de la eliminación ante el Barça el día en que del Jorno firmó su finiquito, jugarán a favor nuestro. Ahora bien, hace falta resistir como sea la acometida inicial. Y empezar a tocar, fieles al estilo que hemos impuesto, el que convirtió en el Camp Nou a Hiddink en otro exponente del futbol-miseria, aquel que tiene por profetas a Pochettino y Juande, el que tiene como mandamientos básicos la patada al tobillo, la pérdida de tiempo, la simulación de lesiones...
Fácil no hay nada. Pero imposible tampoco. Esperar que el Barça consiga, al menos, dos empates, no es exagerado. Y además, el primero daría alas para el segundo. Y este devolvería la euforia a la culerada. Y la semana que viene tendriamos que pedir tranquilidad para no caer en triunfalismos excesivos de cara a la final frente al Manchester, en la cual vapuleariamos al chulo-putas de CR7 justo antes de su fichaje por el Madrid...

domingo, 26 de abril de 2009

AL BERNABEU, A GANAR

!Basta ya! Acabemos de una vez con la comedia.
El Barça, futbolísticamente a años luz del Madrid, debe liquidar la Liga ya. Tiene ante si la oportunidad perfecta. Todo el entorno merengue se prepara para una semana de presión, ignorando la Champions -esa competición en la que no pasan de octavos desde hace más de un lustro-, especulando con una goleada que suponga el 4º punto en juego, soñando con ver a los culés despeñándose a continuación en Londres y, ya puestos, frente al Villarreal.
Como no podemos contar con que otros equipos puntuen contra el Madrid, el Barça debe seguir su ritmo. Frente al Madrid basta con un empate, que dejaría a los blancos a 4 puntos más el goal-average a favor. Pero estoy harto de oir a los palmeros del madridismo, empeñados en ensalzar la raza, el orgullo, la casta y todos los apelativos casposos inseparablemente vinculados al Madrid.
El Barça, que asombra a toda Europa, que es admirado fuera de España, que es proclamado por especialistas internacionales como el modelo de futbol perfecto, que asusta incluso a los todopoderos de la Premiership, tiene que escuchar de la prensa capitalina todo tipo de desprecios, atribuyendo todo el mérito de su situación a las ayudas arbitrales -por cierto, tras perdonar a Higuain la 5ª tarjeta por una acción similar a la que no fue condonada a Alves, Pérez Burrull, el indeseable que birló dos penalties a Osasuna y expulsó burlonamente a Juanfran, también le ha perdonado la 5ª frente al Sevilla- o a la voluntaria exclusión del partido de sus rivales...
Por todo ello, el Barça debe -y lo mejor, puede- ganar en el Bernabeu. Sentando cátedra. Dejando a cada cual en su sitio. A diferencia de lo ocurrido en el Camp Nou, donde los merengues se dedicaron a pegar patadas hasta la extenuación, protegidos por la contemporización arbitral y la intensa lluvia, en el Bernabeu solo les vale la victoria y, si es posible, por más de 2 goles de ventaja. Ante esta situación, el Barça debe jugar con calma, moviendo la pelota en busca de los puntos débiles en la defensa del Madrid y, sobre todo, evitando caer en los momentos de locura a los que apela el equipo blanco cuando, a falta de recursos técnicos, lo fia todo a un ir y venir sin centrocampismo, pelotas al área y sálvese quien pueda. Si el Barça mantiene la cabeza fria, tiene medio partido ganado. El resto solo depende de la puntería... y del árbitro.
A la España mediática le interesa que la Liga siga viva (mientras en Alemania se considera que el Bayern no tiene opciones... por estar a 3 puntos del Wolsburg). Y los árbitros de las últimas jornadas parecen empeñados en que sea así -recordemos el escandaloso arbitraje sufrido por el Barça en Getafe-. Y el Comité de Competición, también. Tras indultar a Higuain y pasar por alto la antideportiva actitud del niñato Marcelo -¿contra quien ha empatado este imbécil?-, todo parece quedar compensado con una sanción -en la banda mínima- al descerebrado Pepe -30 millones € por un central cuyo principal recurso es la agresión, habitualmente obviado por los de negro-, para que ahora vengan los recursos, las apelaciones... y acabe en 5 partiditos de nada.
A lo que iba: Undiano Mallenco arbitrará el clásico. Árbitro del agrado del madridismo, como no. Aquel que en el infausto partido de hace dos años (3-3) fue diligente para expulsar -justamente- a Oleguer y señalar -justamente también- un penalty que avanzaba al Madrid, pero que obvió las continuas faltas que merecían la acumulación de tarjetas a, entre otros, Diarra, y pasó por alto un penalty de este a Ronaldinho en el minuto 90... que hubiese dado la victoria y, visto lo visto, la Liga al Barça. Entonces prefirió dar emoción a la Liga. Que el sábado no pretenda lo mismo...
Así pues, al Bernabeu, a ganar. Y al Chelsea, a pasarle por encima. Es importante, por el partido en si mismo, para evitar ir a Stamford Bridge con un resultado adverso, para evitar que los que miran la Champions por la tele lo aprovechen para anunciar que el Barça está en bache... y, de nuevo, por que el Barça es mejor. Que el Chelsea, que el Madrid, que el Manchester Utd., que el Arsenal o que el At. Bilbao. Ganaremos o no el triplete, pero lo merecemos más que nadie...

Y a los pericos, felicidades. Ya fuera de la promoción, es el momento de pedir a Sanchez Llibre que siga un par de temporadas más, subir el sueldo a Tamudo y Luis Garcia, no fichar a alguien que pueda cubrir al siempre-lesionado De a Peña y despedir cuanto antes a Nené e Ivan Alonso, no sea que hagan sombra a la mafia del vestuario. Grande Crackòvia!

jueves, 23 de abril de 2009

MEA CULPA

Creo que es el momento de admitir públicamente algunos errores. Es duro, pero necesario. Ahí van algunos :



Mea culpa porque enterré anticipadamente a Henry y no supe ver el potencial de Piqué


Nunca creí que Henry fuese capaza de volver a ser ni un 50% de lo que había sido en el Arsenal. Nadie ha puesto nunca en duda su técnica individual, pero confieso que no le veía recuperando el tono físico que le convierte en un jugador desequilibrante. ¿Cuántos uno contra uno hasta la línea do fondo llegando un metro por delante del defensa le recordamos del año pasado, y cuantos hemos visto este año (ayer 2 o 3 , por ejemplo). Y de Piqué, error total. Creí que su nerviosismo, sus ganas de aparentar, su autocamplacencia, le convertían en un jugador demasiado peligroso para la defensa, con errores puntuales graves demasiado frecuentes. Pero lo cierto es que ha madurado a marchas forzadas, ha realizado algunos partidos memorables, sigue aportando en ataque a balón parado, ha mejorado su criterio en la salida del balón, y aunque creo que todavía le veremos cometer algunos errores graves (espero que no en partidos decisivos), ha superado todas mis expectativas.

Mea culpa por infravalorar al Madrid

Hace mucho pronostiqué el pasillo en el Bernabeu “de calle”. Ahora mismo no hay pasillo, puede haber como máximo celebración de título en el Bernabeu (tampoco suena tan mal…..). Lo del Madrid supera mi capacidad de comprensión: un equipo derruido institucionalmente, con cambio de entrenador a media temporada, con figuritas en el vestuario, con jugadores a los que un soplo de viento les provoca una rotura fibrilar, con un juego propio de un mal equipo de Segunda B, y aún así, ganan 3-2 al Getafe con toda la épica que se transmitió aquella noche, y que me recordó algunas pesadillas de hace 3 temporadas. He llegado a una conclusión: lo sobrenatural existe (sea lo que sea) y admitámoslo, es hincha a muerte del Madrid.

Mea culpa por no conocer el nombre de todos los miembros del cuerpo técnico de la cantera del Barça

Un equipo humano y un sistema de trabajo que ha sido capaz de formar a un equipo como el siguiente: Valdés (mi denostado Valdés, al que sigo sin ver para este super Barça, pero que es un buen portero), Puyol, Piqué, Xavi, Iniesta, Cesc, Busquets, Messi, Bojan y 2 jugadores más al azar del Barça de segunda división con proyección, formarían un equipo de Champions tremendo, al que tal vez solo le faltaría algo de explosividad física, pero eso (véase Touré, Eto, Drogba, Essien, etc) no lo pueden arreglar los técnicos. Chapeau para todo ese cuerpo técnico, creo que se han pagado el sueldo de los próximos 500 años!!

Mea culpa por ser del Barça

Ser del Barça es fácil, no tiene mérito alguno. Una institución que agrupa algunas de las mejores plantillas de Europa de los deportes punteros (futbol, basket, balonmano) y que gana año tras año es demasiado sencillo. Que mayo nos espera….

Mea culpa por ser demasiado resultadista

Hasta ahora, en la eterna discusión entre el juego bonito y el resultado, yo era 30% juego y 70% resultado. Las frases sobre “Los libros solo recuerdan al campeón”, “El segundo es el primero de los perdedores”, “El jogo bonito ilusiona para luego deprimirnos más cuando gana el Madrid o cualquiera de los ingleses” formaban parte de mis discusiones dialécticas demasiado a menudo. El Barça de este año conjuga, casi a la perfección, juego bonito y resultados espectaculares. Estamos a un mes vista de ganar 3 títulos. Y es ahora cuando quiero dejar esto por escrito: aunque no ganásemos ninguno de los 3 títulos (que es un escenario inimaginable, pero en el deporte siempre existe el factor sorpresa), siempre recordaré a este Barça como el mejor que han visto mis ojos, y les explicaré a mis nietos que yo vi al Messi de las jugadas de fantasia, a Iniesta dando asistencias imposibles, a Xavi distribuyendo y no perdiendo ninguna pelota, a Eto mordiendo en la presión a los defensas, a Touré incansable como barrera humana en el centro del campo, a Alves corriendo maratones partido tras partido y realizando alguno de los mejores centros que recuerdo, a Pique y Puyol inconmensurables en defensa, a un tal Henry renaciendo de sus cenizas, a un Camp Nou entregado, extasiado, a una afición que por primera vez perdía su victimismo crónico y esperaba ansiosa el siguiente partido para ver una nueva exhibición, a los entrenadores rivales pasando por la sala de prensa para reconocer que “nos podían haber metido más”, a un equipo que transmitía una imagen de unidad e implicación, sin una sola salida de tono pública en toda la temporada, a un entrenador de la casa que demostró que con ideas claras se puede triunfar, sin necesidad de faltarle el respeto a nadie. En definitiva, la perfección futbolista.
Y si al final no ganamos ningún título, no estaré triste, de verdad. Al contrario, eso todavía haría aún más grande a ese equipo, porque lo haría humano.

domingo, 19 de abril de 2009

CON TURIENZO, EL MADRID CAMPEÓN

Solo quedan siete. O cinco. O menos, si el Madrid pincha antes.

Pero como sigan designando a árbitros como Turienzo, podemos pasarlo mal. El partido ante el Getafe pudo quedar sentenciado en la primera parte. El Barça perdonó, se adornó, hizo internacional al portero... pero lo de Turienzo, un escándalo.

El arbitraje ha sido tendencioso e intencionado. Ha hecho todo lo posible para que el Barça no ganara. Suerte que al haber impedido que el Getafe se acercase al área de Valdés, no ha tenido ni oportunidad de regalarle un penalty a los madrileños -aquí puede entenderse Getafe o Madrid indistintamente-.

Los árbitros españoles, diga lo que se diga, son, en general, lamentables. No tienen ni idea de fútbol, buscan ser protagonistas para salir de su mediocridad, no conocen el reglamento... Podriamos seguir. Pero algunos, de tanto en tanto, salen con premeditación a hacer su trabajo. Ya ocurrió en el Barça-Español. Y se ha repetido en el Getafe-Barça.

Por si alguien tiene alguna duda, varios ejemplos: penalty a Eto, escandaloso penalty a Messi, gol legal anulado a Messi, fuera de juego inexistente cuando Messi encara al portero, tarjeta inventada a Alves, tarjetas perdonadas de forma reiterada al Getafe por faltas incluso sin balón, falta inventada a 2´ del final para permitir que el Getafe cuelgue pelota a la olla a ver si suena la flauta... todo para impedir que el partido quedase sentenciado, para mantener con vida al Getafe, por si en una jugada aislada fuese posible el empate o el penalty salvador.

Me temo que como el Barça ha ganado, no se dirá nada. De hecho la prensa madrileña apenas se hace eco del partido -casi tan poco como de la enésima victoria del Barça de basket frente al Madrid en otro arbitraje casero que buscaba igualar por lo criminal lo que deportivamente solo tenía un dueño-. Pasará desapercibido. Y el próximo día que al Barça le piten a favor un penalty dudo, aunque lo falle, manteniendo el lamentable promedio en Liga, aunque suponga el 5-0 del partido y por tanto irrelevante, volverán con el aburrido rollo del villarato.
En fin, uno de los riesgos de aquí a final de Liga son los arbitrajes. Para que las oportunidades merengues crezcan, es necesario llegar al clásico con menor diferencia. Por tanto, el Barça debe prepararse para sufrir actuaciones de otras épocas, como la del Coliseo Alfonso Pérez.

Para acabar, una triple referencia a la prensa:

Lamentable retransmisión de la Sexta, empeñados en la posibilidad de remontada del Getafe, pasando de puntillas sobre los errores más increibles -penalty a Messi, gol anulado a Messi-. Se les ve el plumero.
La retransmisión del Barça-Bayern en la cadena francesa TF1 se convirtió en una alabanza continuada, en un reconocimiento del Barça como el mejor equipo del mundo, en Messi como el crack nº 1. Fue una sucesión de Magnifique! y Oh la la!. Y encima constantemente haciendo referencia al Barça como “los catalanes”. Me paso a TF1.
Y delirante lo de la prensa merengue. En Radio Marca acusan a Guardiola de sibilino y poco ético por negarse a evaluar el atraco de Turienzo y lo atribuyen a un estúpido papanatismo en virtud del cual se estaría ensalzando injustamente a Guardiola. Por meterse con él, lo hacen hasta por seguir el partido fuera del banquillo para mojarse intencionadamente el traje. Vivir para ver.

lunes, 13 de abril de 2009

LICENCIA PARA SOÑAR

Tras varias jornadas de ausencia y con la posibilidad de seguir los avatares del Barça desde la distancia, el culé tiene perfecto derecho, a estas alturas, de soñar con el triplete.
Hace un par de meses, exactamente el 10 de febrero, en este mismo foro, se enunciaban los factores que podían condicionar el, por aquellos entonces, aun lejano sueño. Pues bin, transcurridos dos meses y a punto de entrar en la fase decisiva de las competiciones, es perfectamente lícito, ahora sí, decir que se aspira a todos los títulos. No en agosto, como hizo un crecido Laporta hace un par de años, en una exhibición de su carácter bocazas que le asimila mucho más a la chulería madrileña que a la tradicional prudencia -y pesimismo, por que no reconocerlo- blaugrana.
El Barça se halla a un máximo de 13 partidos para acabar la temporada: 8 en Liga, 4 en Champions y 1 en Copa del Rey. Es cierto que la temporada es larga, pero si la gestión de las rotaciones ha permitido llegar razonablemente enteros a estas alturas -mientras algunos de nuestros rivales se pasan las semanas viendo partidos por TV, qué bien suena la musiquilla de la Champions, ¿verdad merengues?- y con pocas lesiones -especialmente celebrable en el caso de Messi y Marquez, proclives como pocos, y desafortunadamente reiteradas en el del sublime Iniesta, que si además viese puerta con un poco de facilidad sería premiable en todos los galardones al mejor jugador-, manteniendo un nivel de juego que, más allá del bache del partido de no-futbol con los pericos y la locura del Calderón, no tiene comparable en Europa, es razonable pensar que este Barça puede conseguir los 3 títulos en juego.
Hay quien señala que tampoco pasa nada si finalmente no se gana. No estoy de acuerdo. Algunos crecimos en una época estéril, con un “pecident” que, entre lágrimas, se atribuía cada año el título de campeón moral. En una época en que factores diversos, desde lesiones (Schuster, Maradona) a secuestros (Quini), de empanadas (Liga de Lattek) a suicidios colectivos (Steaua), impidieron que el Barça se configurase en club ganador. La fatalidad parecía insuperable. Fue Cruyff quien cambió, con su flor inmarcesible, el histórico derrotismo culé, alumbrando una época en que todos creiamos (el “yes, we can” no lo inventó Obama) en remontadas imposibles, en que modestos como el Tenerife de Valdano, Quique Estebaranz y Derticia arrebatara dos ligas al Madrid, en que el Depor fallase un penalty en el último suspiro... en que el Barça se convirtiese en un club, ahora sí, triomfant, incorporando la Copa de Europa a sus vitrinas.
Es por ello que, tras el “ciclus interruptus” de Rikjaard y las ligas regaladas al Madrid, toca ganar. Cuanto más, mejor. Por que el fútbol del Barça es, hoy por hoy, superior al de todos los rivales que pueden soñar en hacerle frente. Y el mejor debe demostrarlo ganando.
En la Liga, solo el Madrid, concentrado desde hace tiempo en este único frente tras facrasar estrepitósamente en las competiciones coperas, sigue la estela culé. La campaña periodística capitalina arrecia contra los árbitros, los jugadores no cesan de repetir que el Barça pinchará, todos dan por supuesto que ellos ganarán todos los partidos... Demasiadas condiciones para que se cumplan, sobre todo frente a este Barça que no afloja. Y que, en última instancia, siempre puede ganar en Madrid. ¿O alguien lo duda?
En la Champions, tras un sorteo nada favorable en lo relativo al factor campo, la más que probable eliminación del Liverpool, el único equipo que por planteamiento táctico a doble partido con la vuelta en Alfield me hacia dudar, abre un escenario que, si bien complejo, no debe antojarse imposible. Superado el Bayern -ese que se ha especializado en eliminar al Madrid-, Chelsea en semis y Manchester Utd -ojala pasara Oporto, pero no me atrevo a dar por muertos a los de Ferguson pese al 2-2 de la ida- o Arsenal en la final, pese a su dificultad, no son rivales imbatibles para este Barça.
Y en la Copa del Rey, pese a la presión ambiental y física que quieran poner los bilbainos, si el Barça no se despista y mantiene su estilo, es el favorito. Aunque bien pudiera ser que la necesidad de reservar jugadores para Liga y Champions y el justo premio a los que han clasificado al equipo hasta la final pudiera hacer que las fuerzas se igualasen y se corriese el riesgo de derrota...
Lo dicho: los culés tenemos ya, sin riesgo de caer en triunfalismos, el derecho de soñar en el triplete. Si luego se consiguen todos los títulos o alguno se queda por el camino dependerá de factores puntuales. Pero lo importante es haber llegado aquí y rematarlo con alguno -al menos Liga o Champions-. Y si caen todos, mejor. ¿Soñamos?

Y para terminar, un par de flashes:
– Al RCD Español o RCE Espanyol, de Barcelona/El Prat/Cornellà, que sigan en su línea de falta de autocrítica. Siempre juegan bien, siempre les roban los árbitros, siempre tienen mala suerte. El “pecident” al que antes aludía, decía lo mismo...
– A los Xavis Pascual de basket y balonmano, mi reconocimiento, tanto por la clasificación para la Final Four como por la Copa del Rey. Reconozco -como pecador irredento- que dude de la capacidad de ambos para rehacer proyectos viciados -Ivanovic en un caso y Cadenas en el otro- después de coger el equipo en plena campaña. Y lo han logrado. Chapeau.